miércoles, 8 de mayo de 2013

La motivación laboral


La  actividad motivada se diferencia de la actividad instintiva  en que la
primera implica voluntad por parte de quien la realiza; es decir, existe
una causa, una razón o un estímulo que impulsan al individuo a hacer
algo voluntariamente.
La motivación es de vital importancia para el desarrollo de cualquier actividad por parte del individuo y, por tanto, también lo es para el desempe-
ño de sus tareas en el contexto laboral. En este ámbito, las empresas tratan de motivar a sus empleados para que inviertan esfuerzo e interés en
la realización de su trabajo. Si el trabajador, gracias a su trabajo, encuentra satisfechas sus propias necesidades y deseos, se implicará aún más en
las tareas y generará un buen clima laboral a su alrededor.
Las distintas teorías de la motivación establecen dos niveles básicos:
– Nivel primario Cubre las necesidades elementales: vestir, comer, beber,
etc.
– Nivel secundario Cubre las necesidades secundarias: reconocimiento
social, afecto, prestigio, etc. Para llegar al segundo nivel de motivación,
previamente debe estar cubierto el primero.
1.1 > Antecedentes de la motivación laboral
La llegada de la industrialización y la desaparición de los talleres artesanos a principios del siglo XVIII trajo consigo una mayor complejidad en
las relaciones personales del entorno laboral, un descenso de la productividad y un aumento de la desmotivación de los trabajadores

Para remediar esta situación era necesario encontrar el modo de conjugar los intereses de la empresa y de los trabajadores. Sin embargo, no
sería hasta 1920 cuando naciera la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), institución gracias a la cual empezó a cobrar importancia
el bienestar de los trabajadores y se comenzó a legislar al respecto.
Por otra parte, a mediados del siglo XX surgieron algunas teorías que
estudiaban la motivación y, a partir de entonces, se empezó a relacionar
la motivación del trabajador con su rendimiento laboral y su satisfacción
personal. Las conclusiones de estos estudios señalaron que un trabajador
motivado es más eficaz y más responsable y, además, genera un buen
clima laboral.
A partir de entonces, las empresas decidieron analizar qué buscan las personas en el trabajo, cuál es su escala de necesidades, qué deseos, conscientes o inconscientes, quieren satisfacer, cuáles son sus intereses, con qué
trabajos se sienten más identificados, etc. El fin último de estos análisis
era conseguir que el trabajador se sintiera realizado como persona y
como trabajador mediante la función que desempeñara dentro de la
empresa.

La importancia que en la actualidad las empresas conceden a la motivación del trabajador se percibe por el esfuerzo y los recursos que estas
invierten en realizar encuestas y estudiar el nivel de satisfacción de sus
empleados, así como por la formación que dan a los directivos con el fin
de proporcionarles recursos para motivar a sus trabajadores.
Factores que favorecen la motivación laboral

Para comprender los factores que favorecen la motivación en el trabajo se
debe tener en cuenta que la conducta humana está orientada a alcanzar
objetivos. En este sentido, si un directivo consigue motivar a un trabajador
para alcanzar unos objetivos en la empresa, estos acabarán formando
parte de sus objetivos personales.
Dicho de otra forma, un trabajador motivado canalizará sus esfuerzos en
alcanzar los objetivos de la empresa, ya que dichos objetivos habrán pasado a formar parte de sus propios objetivos.
Las dos grandes preguntas que se plantean al respecto son:
– ¿Qué conduce a las personas a actuar de una manera determinada?
– ¿Por qué se trabaja?
Las teorías que se exponen en el siguiente apartado pretenden dar respuesta a estas preguntas.
Hay tantas motivaciones como personas o situaciones concretas. La
motivación de un trabajador puede ir desde obtener dinero para cubrir
sus necesidades básicas y las de las personas que están a su cargo, hasta
conseguir el reconocimiento social. Además, los elementos motivadores
de los trabajadores no permanecen invariables a lo largo del tiempo,
sino que van evolucionando en la medida que el sujeto va cubriendo sus
necesidades y deseos.
Para motivar a los trabajadores hay
que tener en cuenta su escala de
valores, su cultura, la situación económica del entorno en el que viven
o las metas u objetivos que pretenden alcanzar mediante el trabajo.
Obviamente, las metas de un trabajador en un país desarrollado son
radicalmente distintas a las de un
trabajador en un país en vías de
desarrollo
La personalidad y las necesidades
de los trabajadores son los principales factores que directivos y
gerentes deben valorar a la hora de
garantizar la motivación de sus
empleados. Para los trabajadores,
las principales fuentes de motivación externa son:

–  El dinero  No obstante, en ocasiones, a medida que un trabajador va
mejorando su estatus económico disminuye la importancia que le da al
dinero. Por tanto, el dinero no motivará de la misma manera a un trabajador que tiene sus necesidades cubiertas que a un trabajador que lo
necesita para subsistir.
–      Reconocimiento empresa Un reconocimiento continuo
puede dejar de ser motivador y debe ser proporcional a la tarea realizada.
–    Responsabilidad sobre el trabajo  Esta debe corresponder con la formación y las capacidades de cada uno.
–   Un trabajo valorado y reconocido por la sociedad es una fuente de motivación por sí mismo.




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